miércoles, 1 de agosto de 2012

El Calendario

Y de repente es 1 de agosto.


En los últimos meses he corroborado como nunca eso de que el tiempo vuela. Y vaya si vuela... Tanto, tanto, que siento vértigo. Tanto, tanto, que siento miedo.


Quizá sirvan reflexiones como estas para poner énfasis en todo aquello que lo merece, para darme cuenta de que la vida es una, y que lo mejor de ella es la juventud, y esta es la que más velocidad lleva.


Y dejo atrás fantasmas, y dejo atrás amantes intensos y fugaces, e intento recuperar la cordura... Y es entonces cuando miro el calendario y ¡zas!, recuerdo los días a tu lado, el color de la tarde de aquel mes de primavera, el leve olor a sal del asfalto humeante, los caminos que los dedos de tus manos recorrían en mí, el ligero aroma a futuro que desprendía tu cuello...


Ya nada queda, sólo la memoria.



sábado, 10 de marzo de 2012

ALIQUID ERRAT

Es pura injusticia todo lo que nos rodea.


Desde que llega la mañana hasta que el sol se vuelve a poner, estamos sumergidos en un inmenso mar de cosas que no deberían estar pasando.


Desde que abres la ventana y el primer rayo de sol te ciega la mirada, eres consciente de que es maravilloso estar viva, pero sabes que ese día, al igual que el resto, sigue fallando.


Ser felices, reir, cantar, bailar, hablar de todo y de nada... Todo eso lo hago, y disfruto con ello.
Aún así, hay un segundo cada día en el que un extraño letargo viene a visitarme. No es una experiencia extrasensorial, es simplemente el pegar el salto de la nube por donde deambulo hasta el suelo. 
Dura eso, apenas segundos, pero son suficientes para salpicarme la cabeza con derrotas, fracasos, nostalgias, ... todas las cosas que no quiero ver y que no veo hasta que ese zumbido penetra en mis oídos y me aleja de la realidad un instante.


Una vez fuera de esa cosmicidad, sigo haciendo lo de siempre, mi vida: las risas, la alegría desbordante, las charlas..., pero en la espalda un peso invisible e dificulta esa cotidianidad.


Y cada día es más grande...