miércoles, 1 de agosto de 2012

El Calendario

Y de repente es 1 de agosto.


En los últimos meses he corroborado como nunca eso de que el tiempo vuela. Y vaya si vuela... Tanto, tanto, que siento vértigo. Tanto, tanto, que siento miedo.


Quizá sirvan reflexiones como estas para poner énfasis en todo aquello que lo merece, para darme cuenta de que la vida es una, y que lo mejor de ella es la juventud, y esta es la que más velocidad lleva.


Y dejo atrás fantasmas, y dejo atrás amantes intensos y fugaces, e intento recuperar la cordura... Y es entonces cuando miro el calendario y ¡zas!, recuerdo los días a tu lado, el color de la tarde de aquel mes de primavera, el leve olor a sal del asfalto humeante, los caminos que los dedos de tus manos recorrían en mí, el ligero aroma a futuro que desprendía tu cuello...


Ya nada queda, sólo la memoria.